Por Iván Reyna Ramos.
Estas
imágenes demuestran cómo amaneció hoy (jueves) el valle de Asia. Los
pobladores luchando contra la fuerza del agua, contra las quiebras,
contra la sed y el cansancio, contra las espinas, contra los montículos
de arena y piedras que han dejado los extractores de materiales.
El
huaico pasó a las 9 de la noche por el puente de Esquina de Asia. Y
como nadie previó lo que se venía, entonces el agua se fue rumbo al mar,
y por el camino se desvió una buena parte por la acequia de Cerro Plata
para desembocar en el pueblo de La Capilla de Asia.
Lo
que anuncié hace un par de días: mejorar los canales de regadíos. Los
ríos están abandonados, saqueados, agujereados por los extractores de
arena y piedras. Falta invertir en la infraestructura agrícola.
Dije
que se necesitaba aprovechar el agua al máximo. Y eso es lo que
precisamente faltó: aprovecharse. Desde las 9 de la noche hasta las 9 de
la mañana el agua se fue al mar, y también a inundar una parte del
pueblo de La Capilla.
A
las 9 de esta mañana recién llegaron los cargadores frontales para
reparar los cauces y hacer tomas de agua y derribar los cerros de arena
que es prácticamente imposible hacer correr agua.
Felizmente
ya está superando, ya hay predios con aguas de avenida, ya se empezó a
regar las plantaciones, y algunos ya empezaron con el machaco.
Esta
es una lección para tener en cuenta, para no olvidar, para prevenir,
para aprovechar eficientemente el agua. Después de todo, que rico es el
olor del barro… a trabajar, que no hay tiempo que perder…
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