Identifican a hombre que tuvo 34 rehenes en Lima durante siete horas; es de PUTINZA

Ruiz Wilfredo Nanasqui murió de un balazo en la cabeza durante la operación de rescate que realizó la policía peruana.

LIMA.- La Policía del Perú identificó hoy como Ruiz Wilfredo Nanasqui, de 29 años, al hombre que mantuvo el viernes como rehenes a 34 personas dentro de una sucursal bancaria en Lima y que murió en la operación del rescate.

En principio a Nanasqui no se le hallaron antecedentes judiciales. Solo se sabe que era natural de la provincia de Yauyos, vecina a Lima, que había terminado sus estudios de secundaria y que era soltero.

La Policía confirmó asimismo que fueron 34 los rehenes, y no 15 como se decía hasta la noche del viernes, y que uno de ellos, de 19 años, estuvo herido de bala en una pierna prácticamente durante las siete horas del secuestro, pues el asaltante le disparó a quemarropa para demostrarles a las autoridades que estaba dispuesto a matar.

Los ex rehenes confirmaron que la acción comenzó hacia las 14 horas locales, cuando, en medio de las actividades cotidianas dentro del banco, se le oyó a gritar a Nanasqui: "Esto es un asalto". El hombre portaba una pistola y llevaba adherida a su cuerpo una bomba que amenazaba con hacer explotar.

Con la Policía situada en las puertas de la sucursal del banco Continental, propiedad del grupo español BBBVA, el hombre entendió la imposibilidad de la fuga y optó por tomar como rehenes a todos los presentes e intentar una negociación.

A lo largo de las siete horas y a través de un teléfono móvil, de mensajes escritos e incluso de un rehén al que usó de mensajero, Nanasqui pidió un helicóptero para huir, una exigencia que luego rebajó a una camioneta y después a una motocicleta. Asimismo, reclamó dos millones de soles (unos 715.000 dólares) y alimentos.


Según el personal de la Policía y la Fiscalía que negoció con él, Nanasqui estaba extremadamente nervioso y se contradecía en sus pedidos. Además, muy irritado, interrumpió varias veces los diálogos.

La Policía montó una operación de rescate, pero se encontró con el obstáculo de la presencia de cientos de curiosos que se agolparon frente al banco, situado en el populoso distrito La Victoria y, más específicamente, en el barrio comercial Gamarra, muy concurrido durante todo el año por su oferta de ropa.

Las autoridades recurrieron a la paciencia para cansar al delincuente y para distraerlo e ingresar por la parte posterior. El hombre se mostraba muy agresivo y a cada momento aumentaba en tono de su amenaza de accionar la bomba, lo que obligó a los cuerpos de élite a actuar.

Finalmente, algunos policías lograron aproximarse y un francotirador le hizo un certero disparo en la cabeza. Nanasqui cayó gravemente herido e inconsciente. Pocos minutos después murió en un hospital cercano.

El artefacto explosivo era de verdad

La bomba, que sí existía y estaba lista para ser accionada en el abdomen del asaltante, fue desactivada mediante una explosión controlada realizada por expertos.

Aparte del tiroteo, una mujer de 48 años resultó herida con un golpe en la cabeza en circunstancias no especificadas. Los demás rehenes a los que los periodistas vieron salir ensangrentados lo estaban porque quisieron ayudar al hombre que recibió un disparo.


Entre los rehenes había una niña de unos cuatro años. Aparte de las 34 personas que estaban en el banco -funcionarios o clientes-, quedaron atrapados en locales vecinos trabajadores a los que se les pidió mantenerse encerrados por seguridad, así como cuatro personas que estaban en las cabinas de cajero automático cuando comenzó todo.


Según portavoces policiales, no se descarta la hipótesis de que Nanasqui sufriera de desequilibros mentales.