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jueves, 23 de diciembre de 2010

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Una nueva dinámica mediática: Políticos- Prensa


Muchas veces enarbolo este slogan “excelencia que nace de la experiencia”, por eso, mi olfato de viejo periodista me hace sugerir a continuación algunas pautas en la relación políticos- prensa, porque muchas veces o no entienden esta dinámica y/o tiene una falsa percepción de estos escenarios que surge de la interacción misma entre los hombres de prensa y algunos desubicados políticos.


1.- Regla uno. Los periodistas con ética no son objetos, no admiten, por tanto, ser conquistados. Son seres normales, como Ud., que consideran la amistad como un don importante en las relaciones entre los seres humanos. Si Ud. persigue otros fines en su acercamiento con los hombres de prensa, es su problema y ya ha empezado mal. Los periodistas resentidos, son pocos, por fortuna, y menos peligrosos que quienes trafican y dicen representar los intereses y necesidades del pueblo. Quienes tienen la costumbre de disparar primero y preguntar después, casi siempre son los políticos: Promueven, modifican, crean o derogan leyes en función de sus sacrosantos bolsillos, dejando de lado a sus eternos electores que los encumbraron.


2.- Regla dos. Si es Ud. un político mentiroso, está perdido. Los periodistas con ética prefieren hacer honor aquella cita aristotélica: “Amigo de Platón, pero más amigo de la verdad”. De otro lado, si la verdad coincide con lo noticioso (nuevo) y éste es el hecho más importante del día, nadie renunciará a un titular de primera plana si con ello atrae a miles de lectores. Si Uri Ben (director de La Razón) prefiere un titular mentiroso a la verdad noticiosa, es un tonto a la carta: ha elegido el periodismo como oficio, mas no como profesión.


3.- Regla tres: En sus relaciones con los periodistas hable siempre con la verdad. No se adorne ni utilice términos o frases que no conozca, y jamás emplee eufemismos, que es otra manera de mentir sibilinamente. Será su mejor arma de marketing político y personal y los periodistas lo considerarán como un tipo serio. Recuerde, el periodismo es una de las pocas profesiones en que el leer de todo es un imperativo moral, y cruzar fuentes informativas, un requisito de transparencia, independencia y objetividad.


4.- Cuarta regla: Un político honesto no debe temer jamás a un periodista de investigación, salvo que su praxis política esté en colusión con la legalidad y la ética o esconda algún pasado oscuro que no haya revelado oportunamente. Las condicionantes de un equipo de trabajo maltratado y despedido por parte de un político son solo algunas aristas de que se vale un investigador periodístico para obtener la verdad que busca.


5.- Quinta regla: Los periodistas no son impertinentes. Tienen una obligación cotidiana con el público lector, oyente o televidente. Ocurre que casi siempre deben informar u opinar en función del tiempo, y esto a veces no siempre es bien entendido por los políticos de espíritu rígido y mentalidad castrense. Que los periodistas pueden frenar a los demagogos y al Estado, vaya ínfulas no solicitadas.
Los periodistas, al difundir verdades incómodas y nada oficiales, simplemente hacen lo suyo. Que ello no guste a los políticos mentirosos, a los autócratas del poder y a quienes transgreden la legalidad, eso es otro asunto.




Eso sí, políticos tradicionales y no tradicionales, tengan la seguridad de que ninguna sonrisa, abrazo o su mejor chequera les librará de una fama negativa si es que han hecho los ‘méritos’ o poseen los requisitos para ello.
Walter Delgado Acevedo
Analista político

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     .." DE TODOS LOS DISTRITOS "??"

       

de vuelta al barrunto..!

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