Por
ARAVICU
El accionar político partidario se hace más intenso en este año, primero por las elecciones municipales de fines de año y luego por las elecciones generales del 2011. Por lo que es necesario empezar también con un análisis serio del asunto, esto pasa por encontrar la relación entre la ética las elecciones y la democracia.
Cuando nos referimos a la Ética, abordamos sus dos aspectos fundamentales, uno de ellos es la ética de la responsabilidad y la otra es la ética de la convicción.
La ética de la responsabilidad significa poner en primer término el compromiso frente a las consecuencias y las reacciones que provoca nuestras acciones, más aún si son de carácter político. Estamos convencidos que la ética de la responsabilidad debería de ser, junto con la existencia de una causa verdadera y justa, un aspecto inherente a la tarea política de todo ciudadano.
Hay dos “pecados mortales” en el campo de la política: el primero es la carencia de lineamientos políticos, de objetivos y de de programas, es decir de finalidades objetivas y el segundo es la falta de responsabilidad, estas son las características muchos de nuestros acostumbrados políticos.
La vanidad, la excesiva ambición de aparecer lo más posible en primer plano, es lo que más induce a estos políticos a cometer esos dos pecados. El hecho de carecer de finalidad objetiva los hace propenso a ir tras la apariencia deslumbrante del poder, no les interesa cómo ni con quién, y cada vez que pueden sacan a relucir uno de los tantos carnés de partidos políticos que guardan en sus bolsillos según como las circunstancias los requieran. Y su falta de responsabilidad lo conduce a disfrutar del poder por el poder cuando logran acceder a un retazo del mismo, sin tener presente su finalidad, ni las consecuencias de sus actos.
La ética de la convicción es propia de quien actúa confiado en su verdadera o supuesta capacidad académica, actúa de cara a aquello que piensa y asume como "lo mejor", ante sí y para sí; sin considerar necesariamente las consecuencias de las mismas, las repercusiones que sus actos puedan tener para el pueblo, es decir es un egoísta, personalista, etc.
Muchos de los políticos distritales y nacionales están convencidos que sus pensamientos y sus actos son los mejores, nunca están dispuestos a escuchar las voces de quienes los eligen, y terminan haciendo “obras” que al final no sirven para nada, gastando los fondos sin responsabilidad. Para verificar ello basta recorrer los pueblos o distritos de nuestra querida patria.
La ética pasa entonces por respetar la voluntad popular, desde sus raíces y no solamente al momento de verificar los votos en las urnas, la ética pasa por tratar de formar un pensamiento crítico y creativo en el mismo pueblo, pasa también por descubrir a sus verdaderos líderes y desenmascarar a los que medran en ellos plagados de los vicios y “pecados” que los políticos tradicionales les han enseñado.
Los pueblos de la provincia de Yauyos están siendo visitados desde inicio de año por diversos grupos políticos, hay que ponerse a pensar en algunas cosas: por ejemplo: ¿Quiénes son?, ¿Qué fines tienen?, ¿Quiénes los acompañan?, ¿A que partido político pertenecen? ¿Cuáles son sus propuestas? ¿Coincide con las expectativas del pueblo?
Probablemente muchos de ellos tratarán de manipular la voluntad popular utilizando distintas argucias, tales como regalitos por acá, un carguito por allá, y algunos más descarados querrán pagar por cada voto a su favor. ¡¡¡Que lisura!!!
Si no logran sus propósitos, recurrirán a su práctica de siempre, llevarán sus golondrinos. No es que seamos magos, sino que simplemente la historia así lo demuestra
ARAVICU
El accionar político partidario se hace más intenso en este año, primero por las elecciones municipales de fines de año y luego por las elecciones generales del 2011. Por lo que es necesario empezar también con un análisis serio del asunto, esto pasa por encontrar la relación entre la ética las elecciones y la democracia.
Cuando nos referimos a la Ética, abordamos sus dos aspectos fundamentales, uno de ellos es la ética de la responsabilidad y la otra es la ética de la convicción.
La ética de la responsabilidad significa poner en primer término el compromiso frente a las consecuencias y las reacciones que provoca nuestras acciones, más aún si son de carácter político. Estamos convencidos que la ética de la responsabilidad debería de ser, junto con la existencia de una causa verdadera y justa, un aspecto inherente a la tarea política de todo ciudadano.
Hay dos “pecados mortales” en el campo de la política: el primero es la carencia de lineamientos políticos, de objetivos y de de programas, es decir de finalidades objetivas y el segundo es la falta de responsabilidad, estas son las características muchos de nuestros acostumbrados políticos.
La vanidad, la excesiva ambición de aparecer lo más posible en primer plano, es lo que más induce a estos políticos a cometer esos dos pecados. El hecho de carecer de finalidad objetiva los hace propenso a ir tras la apariencia deslumbrante del poder, no les interesa cómo ni con quién, y cada vez que pueden sacan a relucir uno de los tantos carnés de partidos políticos que guardan en sus bolsillos según como las circunstancias los requieran. Y su falta de responsabilidad lo conduce a disfrutar del poder por el poder cuando logran acceder a un retazo del mismo, sin tener presente su finalidad, ni las consecuencias de sus actos.
La ética de la convicción es propia de quien actúa confiado en su verdadera o supuesta capacidad académica, actúa de cara a aquello que piensa y asume como "lo mejor", ante sí y para sí; sin considerar necesariamente las consecuencias de las mismas, las repercusiones que sus actos puedan tener para el pueblo, es decir es un egoísta, personalista, etc.
Muchos de los políticos distritales y nacionales están convencidos que sus pensamientos y sus actos son los mejores, nunca están dispuestos a escuchar las voces de quienes los eligen, y terminan haciendo “obras” que al final no sirven para nada, gastando los fondos sin responsabilidad. Para verificar ello basta recorrer los pueblos o distritos de nuestra querida patria.
La ética pasa entonces por respetar la voluntad popular, desde sus raíces y no solamente al momento de verificar los votos en las urnas, la ética pasa por tratar de formar un pensamiento crítico y creativo en el mismo pueblo, pasa también por descubrir a sus verdaderos líderes y desenmascarar a los que medran en ellos plagados de los vicios y “pecados” que los políticos tradicionales les han enseñado.
Los pueblos de la provincia de Yauyos están siendo visitados desde inicio de año por diversos grupos políticos, hay que ponerse a pensar en algunas cosas: por ejemplo: ¿Quiénes son?, ¿Qué fines tienen?, ¿Quiénes los acompañan?, ¿A que partido político pertenecen? ¿Cuáles son sus propuestas? ¿Coincide con las expectativas del pueblo?
Probablemente muchos de ellos tratarán de manipular la voluntad popular utilizando distintas argucias, tales como regalitos por acá, un carguito por allá, y algunos más descarados querrán pagar por cada voto a su favor. ¡¡¡Que lisura!!!
Si no logran sus propósitos, recurrirán a su práctica de siempre, llevarán sus golondrinos. No es que seamos magos, sino que simplemente la historia así lo demuestra
amigos
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