
Precisamente, la acción del odontólogo cañetano Adalberto Meneses coloca en el debate los valores hegemónicos de la sociedad peruana. Por tanto, hoy más que nunca, tiene sentido hablar de los principios de un país devorado por el pragmatismo.
Almacenar cráneos, cerebros y pulmones humanos describe las cualidades de una sociedad desbocada, donde no hay sentido ni racionalidad.
La pregunta sería si estamos ante un mero desajuste individual, como sostenía Michel Foucault cuando analizaba los desvaríos de Occidente. No, señor Foucault, estamos ante la presencia de un desajuste social, que cosifica todo, incluso su libertad. Sólo así, la ética y los valores se tornan en un símbolo prehistórico que será analizado por arqueólogos surrealistas.
Los 400 restos humanos encontrados en una vivienda de Pueblo Libre, Lima significan que ni encerrando a este ser sin escrúpulos, acaso desquiciado sin retorno, recuperaremos la normalidad.
Lo peor de todo es saber que, en algunos aspectos, no nos diferenciamos en nada a la sociedad fascista que reinó en la Alemania nazi. Por Oswaldo Palacios Alvarado
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