Así se le vienen
llamando a los acometimientos escritos que de una y de la otra parte, ocupan
las primeras planas de la “gran prensa regional”
que de una u otra manera se las ha ingeniado para sacar partido de la contienda
electoral y que decidirá quién será el nuevo presidente regional 2015.
Calificada por la
mayoría de analistas y especialistas en
la ciencia política como una incipiente pre campaña mediocre y corrupta,
la tal campaña como que se les ha escapado a los puristas de la política, que
ahora asisten asombrados a las manifestaciones escritas en términos
escatológicos, por una prensa asentada en el billete y que se manifiesta en abierta rebeldía al buen hablar y el bien
escribir, soslayando asimismo todos los
principios que dicta la ética profesional.
Tal estado de cosas
parece provenir de un sistemático proceso de eliminación del contendor a como
de lugar; y ello parece ser aceptado por los propios candidatos que se han dado
a la tarea de lanzar ofensas y agravios
que a plantear programas y propuestas favorables a la región Lima,
además vemos como aparecen encuestas más bambas que la profecía Maya, direccionadas
a ciertos candidatos, y de esas hay un montón;
con estos antecedentes, no cabe la menor duda, que estas elecciones regionales
pasarán a la historia como las más mediocre de la escasa vida regional.
Otros ingredientes
deleznables vienen ocupando amplio espacio en el tránsito en esta preliminar jalada
de cabellos y estos son precisamente los más empleados en la llamada “campaña política”
que, como podemos apreciar, como que da la idea que se trata no de elegir a
un nuevo presidente regional, sino al
ciudadano menos corrupto del país, señalando que el contenido de las prédicas
contrarias entre sí permiten tal definición.
En todo este
intríngulis, sin duda el periodismo responsable, el que aún hace periodismo,
debería, previa autocrítica, optar por
un mea culpa, que señale su responsabilidad de no haber encontrado hasta
el momento una fórmula que deje sentir su influencia para conducir el proceso
eleccionario por los cauces de una verdadera democracia.
Hay que tener en cuenta que la ciudadanía quiere alternativas determinantes para mejorar su calidad de vida, pero para eso necesita de una prensa limpia y alejada de los intereses que ahora parecen predominar en lo que va de esta campaña que muchos llaman mediocre. Si así empezamos (diatribas, insultos, encuestas bambas, agravios, etc.), como terminaremos?. No sigamos dando pena, tratando de ayudar a sus candidatos tatuados en sus henchidos y billetudos corazones. Regresamos.
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