Escápese de la rutina playera, visite Huancaya (Yauyos) y contrarreste el frío andino saboreando un buen calientito.
Luis Pérez / Revista Rumbos: Desde Puerto Pizarro hasta Tres Cruces. Desde Tumbes hasta Tacna. Es tiempo de playas, ceviches y un par de chilcanos –haciendo honor a la semana de este cóctel pisquero– con mucho hielo para refrescarse de la inclemencia de las elevadas temperaturas de este verano que anda más atrevido que nunca.
Pero mientras frente al mar de Grau la vida es color de rosa o encendidamente roja, en el caso de los que se descuidan y son víctimas de la insolación, la situación es muy distinta en los Andes, donde las noches siempre son frías y las lluvias –salvo cuando se presentan los berrinches de El Niño– pueden desatarse en cualquier momento en estos meses.
A pesar de eso o acaso para darle la contraria a los playeros, no es mala idea desempolvar los chullos y ponchos y animarse a explorar los pueblos de altura, en muchos de los cuales ya empieza a sentirse la alegría del carnaval.
Salud con chami
Antes de que cante el gallo y salte de un pie por la llegada de febrero, las ciudades y pueblos andinos comienzan a prepararse para recibir al Ño Carnavalón, entonces se buscan los trajes para la comparsa y –lo más importante– se llenan los galones con litros y litros de cañazo, aunque a veces las provisiones se acaban y se tenga que 'importar' la bebida de otros pueblos.
“Nosotros traemos el aguardiente desde Huancayo”, revela Agueda Alejandro, mientras tuesta el maíz serrano. Después detiene sus labores culinarias. Ella quiere adelantar los carnavales. Quiere invitar a los viajeros un calientito que dará guerra al frío de Huancaya, en las alturas de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas.
Agua caliente, hojas de humanripa, té, azúcar rubia, limón y una buena cantidad de cañazo. Todos esos ingredientes se mezclan en una jarra. Así se van fusionando los sabores. Así nace el ‘chamiscol’ o ‘chami’, como cariñosamente lo llaman para reducir su pronunciación o, quizás, solo con la intención de ahorrar tiempo a la hora de brindar para descubrir su embrujo.
Aun así, no es bueno dejarse llevar por el apuro y exclamar al toque nomás: “tú que estás afuera ven para dentro”. Agueda asegura que lo mejor es beber un 'chami macho' porque la 'chami hembra' -aunque tiene menos alcohol- suele ser engañosa. Pero su recomendación aparentemente no aplica con los foráneos. Ellos brindan con entusiasmo de los dos 'chamis', olvidándose que tienen que recorrer los senderos yauyinos.
Jarras van, jarran vienen. Todos hablan hasta por los codos. Sueltan historias y leyendas. Risas y carcajadas. Los motores se van calentando para los carnavales. Cuando estos lleguen, solo quedará recibir el ‘maldito alcohol, dulce tormento’ que se encuentra en las teteras de las mujeres que recorren las calles de algarabía.
Teniendo en cuenta eso, Agueda y los visitantes continúan la celebración escuchando la misma retreta de la banda de músicos La Bosh de Yauyos, mientras brindan con calientito, pese a que el frío ya se fue y no existe ningún cortamonte.
El dato
En su viaje a Huancaya le recomendamos degustar el calientito en el Restaurante Recreo Paraíso de Mayo, ubicado en el jirón Jorge Chávez s/n.
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