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martes, 1 de julio de 2008

MEGAJUICIO POR LOS DELITOS DE BARRIOS ALTOS Y LA CANTUTA

Montesinos encubrió a Fujimori
Al hablar en juicio por crímenes de lesa humanidad. Anunció que estaba dispuesto a declarar, pero cuando el fiscal empezó a hacerle preguntas difíciles guardó silenció y huyó del interrogatorio.
Luis Napoleon Ponce martinez
Solo les faltó llevar la misma corbata, como cuando cogobernaban el país desde las oficinas del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).
La presentación de Vladimiro Montesinos ante la Sala Penal Especial Suprema en el juicio al ex dictador Alberto Fujimori por los asesinatos de La Cantuta y Barrios Altos puso en evidencia que ambos siguen siendo socios y cómplices.
Montesinos fue a defender Fujimori, mientras éste miraba con atención, guiñaba el ojo, sonreía y asentía con la cabeza, más despierto que en cualquier otra de las 75 audiencias realizadas hasta ahora, en la sede judicial de la Diroes, en Ate-Vitarte.
"He venido para esclarecer que el presidente Alberto Fujimori no tiene ninguna responsabilidad en los hechos materia de este proceso", anunció el ex asesor al ingresar a la sala de audiencias, lo que hacía prever una larga jornada. EL ESPÍA IMPERFECTO
Pero, no fue así. Casi inmediatamente, Montesinos se negó a hablar de temas claves de la lucha antiterrorismo y sus funciones en el SIN.
Entonces se hizo evidente que todo estaba arreglado y que cada una de sus respuestas estaba prevista para defender a Fujimori.
Montesinos no quiso hablar de su relación simbiótica con el ex presidente, el nacimiento de su relación durante la segunda vuelta de las elecciones de 1990, la estrategia contrasubversiva y la organización del SIN.
Tampoco habló de las tareas que Fujimori le encargó como abogado en 1990, en un caso de defraudación tributaria y violación sexual, y luego como asesor de inteligencia. Igualmente, guardó silenció cuando le preguntaron sobre su sueldo como asesor presidencial y de la alta dirección del SIN.
Sobre esos temas, Montesinos se amparó en el supuesto secreto de Estado o en el del secreto profesional en la relación abogado-cliente.
"Yo no voy a hablar nada de inteligencia...". "El secreto profesional como abogado me prohíbe hablar sobre lo que me confió mi cliente (Fujimori)...", fueron sus principales respuestas evasivas.
Sin embargo, el tribunal le aclaró que aceptaba su negativa a declarar solo como parte de su derecho a guardar silencio para no verse incriminado, pues no hay ningún impedimento legal para dar respuesta a las preguntas del fiscal.
En esos momentos recurría a un lenguaje cantinflesco, mencionaba normas y leyes, utilizando frases en latín o mencionando los nombres de los principales jefes de la inteligencia estadounidense, que ya parecía una imitación del "Super Agente '86, Maxwell Smart"



MOMENTO DE FUGA
Al final, luego de 2 horas y 54 minutos de interrogatorio, de 9:41 de la mañana hasta la 1:00 de la tarde, con un intervalo de 25 minutos, Montesinos dio por concluida su intervención.
"No voy a contestar ninguna otra pregunta. Voy a regresar a contestar en el juicio por el caso Barrios Altos (en la sede judicial de la Base Naval), y de allí podrán tomar mis respuestas o si quieren pueden volverme a citar", afirmó Montesinos sorprendiendo a todos.
El tribunal se disponía en ese momento a suspender la audiencia para el almuerzo, para proseguir en la tarde. Al testigo alternativo, general en retiro Pedro Villanueva Valdivia, ya se le había dado las gracias por su asistencia y se le había pedido que acuda en otra ocasión.
El anuncio de Montesinos evitó que el fiscal José Antonio Peláez Bardales pudiera concluir su interrogatorio y que luego, a su turno, pudieran preguntar los abogados de la parte civil y de la defensa.
Pero Montesinos había decidido huir. Hasta ese momento, Peláez le había preguntado sobre su vida militar, cómo conoció a Fujimori, su labor como asesor presidencial y se disponía a explorar el manejo de los fondos del SIN.
El presidente de la Sala, César San Martín, hizo ver su malestar por esta situación.
"El tribunal asume las líneas generales del derecho de todo imputado a no declarar, pero muestra su disconformidad y malestar porque, señor Montesinos, usted al no decir que iba a declarar solo determinado tiempo, ha generado un factor de sorpresa y desequilibrio en el tribunal", precisó el presidente de la Sala, César San Martín.
SOSPECHOSOS ATAQUES
En los pocos temas que aceptó responder, Montesinos intentó desprestigiar los testimonios y a los que lo acusan.
Afirmó que el sociólogo y ex analista del SIN Francisco Loayza Galván era su enemigo y que no fue quien le presentó a Fujimori.
"Él (Loayza) ni siquiera tenía carro, yo lo he llevado en el mío. Lo conocí en San Marcos cuando trabajaba en mesa de partes del ministerio de Pesquería, y después lo he llevado siempre de la mano", dijo.
Igualmente, enfiló sus ataques contra el fiscal supremo adjunto Avelino Guillén, al que acusó de haber archivado irregularmente el 2 de abril de 1992 una investigación por un caso de espionaje telefónico durante los años '80.
"Guillén coordinó con quien habla y el ex fiscal Pedro Méndez Jurado para archivar esa investigación, aquí le devuelvo la resolución que archivó la denuncia contra Roberto Huamán Ascurra y el ex jefe del SIN Edwin Díaz", afirmó Montesinos.
Posteriormente, el doctor Guillén desmintió cualquier coordinación irregular en ese caso.
También atacó a la revista Caretas, a la que responsabilizó del proceso que le siguió la justicia militar por traición a la patria.
Otro blanco de sus ataques fue el ex vicepresidente Máximo San Román, a quien describió como una persona que solo tenía como función servirle café a Fujimori.
Igualmente, cuando le preguntaron por la defensa de narcotraficantes en el pasado, Montesinos la emprendió con el hermano del fiscal: "Su hermano, Edmundo Peláez (actual presidente del Consejo Nacional de la Magistratura), defendió al narcotraficante Boris Foguel", afirmó el ex asesor.
Esto provocó una llamada de atención del tribunal para que no hable de temas ajenos al proceso, pues no conducían a algo.
Al respecto, Montesinos olvidó que en su declaración, el 15 de diciembre último, el mismo Fujimori afirmó que "esos conocimientos como abogado defensor de narcotraficantes fueron una ventaja en su labor como asesor de inteligencia" en este tema.
Para atacar a sus acusadores no había secreto militar que valga; como, por ejemplo, cuando reveló que el coronel Rafael Córdova dirigió la red de espionaje en Ecuador contra Paco Moncayo.
"Lo mandé (a Córdova) desde 1995 a 1998 a Ecuador y después a Colombia", indicó evidenciando quién era el verdadero jefe del SIN.
¿SOLO UN SUBORDINADO?
Así, en medio de su discurso de gran hombre de inteligencia, Montesinos reconoció que como analista de inteligencia era un subordinado de Fujimori, al igual que todo el SIN.
También precisó que solo se limitó a presentar "estimaciones de inteligencia" o sugerencias al ex presidente, y que éste era el que tomaba las decisiones.
En otro momento aceptó que bajo el concepto de defensa del Estado se pueden cometer delitos, como en el caso de la lucha contra Sendero Luminoso y el MRTA o la interceptación telefónica.
Agregó que desde los años '70 durante los gobiernos militares y luego, durante el gobierno de Fujimori, realizó espionaje telefónico.
Igualmente, aceptó haberse reunido con Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre en cumplimiento de órdenes de Fujimori.
La nueva estrategia contra el terrorismo "consistió en desmitificar a Guzmán y hacerle saber a través de un proceso de mensajes que estaba derrotado", afirmó el ex asesor presidencial.
Montesinos se fue sin decir algo más, pero su breve paso por el tribunal no fue suficiente para desterrar las muchas evidencias de la culpabilidad de Fujimori.
CLAVES
Baja ficticia. Vladimiro Montesinos dejó entrever que nunca dejó de pertenecer al Ejército, pues en 1974, dijo, le dieron una baja ficticia cuando viajó al exterior en cumplimiento de una orden secreta que tenía que ver con la seguridad continental. Luego se negó a precisar cuándo dejó el Ejército.
Video. Montesinos presentó al tribunal un video de una grabación de 18 minutos de sus reuniones con Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre, que demostrarían que los documentos mostrados por Rafael Merino Bartet serían falsos. Afirmó que ese video es un resumen de las 3 mil horas –aunque en otro momento dijo que fueron 2 mil horas–, durante las que habló con los principales cabecillas de Sendero Luminoso.



Cual abogado defensor
1) "Es claro que Vladimiro Montesinos ha venido como abogado del acusado Alberto Fujimori, y que cree que aún está en el poder y puede hacer lo que quiere, pretendiendo olvidar que actualmente está en una prisión y tiene una condena de 20 años de prisión", comentó el fiscal supremo José Antonio Peláez al concluir la audiencia.
2) Por su parte, el abogado de la parte civil Ronald Gamarra afirmó que el ex asesor presidencial le huyó a la parte civil. "El gran asesor de Inteligencia, el hombre que estuvo detrás de Fujimori durante 10 años como socio y cómplice, no fue capaz de hacer frente al interrogatorio que le íbamos a plantear. El es un experto en fugas y lo ha vuelto a hacer", opinó.
3) En la otra orilla, el abogado defensor César Nakazaki manifestó que el testimonio del ex asesor presidencial no sería tomado en cuenta por la Sala Penal Especial por ser fraudulento. Enfatizó que al haber abusado de su derecho al silencio, lo que hizo fue restar importancia a su testimonio inicial, en donde libró de toda culpa a Fujimori.
4) El acusado ex dictador Alberto Fujimori se retiró sonriente y con evidentes muestras de satisfacción por el resultado de esta audiencia, tanto que no solicitó su derecho a réplica como suele hacer después de cada intervención de un testigo.

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