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Los músicos del ENF se llevaron las palmas de los cientos de asistentes cuando, en honor al país anfitrión, interpretaron dos temas clásicos del repertorio local: “México lindo y querido” y el “Son de la negra”,

Folclore peruano fue ovacionado en Festival Internacional de México
| Guadalajara, México -
El escenario de la Alhóndiga de Granaditas se abrió anoche y el Perú pudo mostrar porqué es una autoridad en folclor.
Bastó con un ramillete de diez danzas, para que el que a lo largo de 105 minutos mostraran sus artistas el “corazón del Perú”, tal como definió la ministra de Cultura, Diana Álvarez-Calderón, el trabajo que realiza el Elenco Nacional de Folclore (ENF).
Los 38 bailarines y 14 músicos del primer elenco de foclor peruanos, deslumbraron con sus coreografías en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en el Centro de la ciudad de Guanajuato, un escenario abarrotado de personas, algunas de las cuales esperaron desde la una de la tarde para lograr una de las localidades.
El ENF, representando al Perú y a los países integrantes de la Alianza del Pacífico, se encargó de inaugurar la edición número 43 del prestigioso Festival Internacional Cervantino (FIC), considerado “el festival artístico más relevante de México y de América Latina”, que este año proyecta recibir 450,000 visitantes.
Danzas y música que resumen el concepto de todas las sangres, del cual hablaba José María Arguedas, de costa, sierra y selva, se llevaron las palmas en el principal festival latinoamericano.
Fue un viaje imaginario por el Perú. El ENF inició su espectáculo presentando la Negrería de Yauyos (Lima), con sus trajes llenos de luces y sus máscaras. De ahí, partió a Arequipa con la danza carnavalesca y colorida del “Wititi”, de la etnia Cabana, de la provincia de Cailloma, también llena de energía.
Otra vertiente de la herencia afro, que también circula en la genética peruana, se hizo presente con el ensamble percutivo de cajones para el mundo, recordando que el instrumento hoy universal es patrimonio cultural de la Nación peruana. Los músicos/danzarines vistieron de elegante camisa negra y pañoleta roja.
VIAJES A LAS SEMILLAS. Fue también espacio para ver la festiva “Fiesta de los Tulumayos”, de la ceja de selva de Huánuco. Divirtió mucho al público el primer bailarín, quien hizo piruetas y salió inclusive fuera del entarimado.
Para mostrar la herencia colonial española y las influencias americanas de hace un siglo en el “Cuadro limeño”, que incluyó nuestros valse -tal como lo escribía el compositor Manuel Acosta Ojeda-, one step y polka.
Desde ahí, el Elenco Nacional de Folclore nos llevó en un salto al Valle Sagrado de los Incas, en el Cusco, para traer a escena el carnavalesco “Salqa Qocha Wallata Warqay”, inspirado en el ave denominada wallata, por lo cual los hombres llevaban telas blancas en los brazos que asemejaba las alas del ave.
Tampoco faltó el landó “Toro Mata”, tradicional del sur chico, de Cañete, recopilado en 1973 por Carlos Soto de la Colina (Caitro Soto). Y, nuevamente, el altiplano peruano se hizo presente con el acrobático Mix Caporales, con el que se baila a la mamita Candelaria, cada mes de febrero.
Tanto el “Toro mata”, el espectáculo de cajones, como la fuerza de las danzas andinas y la selva fueron muy seguidas por los asistentes, la mayoría jóvenes.
HOMENAJE A MÉXICO. Los músicos del ENF se llevaron las palmas de los cientos de asistentes cuando, en honor al país anfitrión, interpretaron dos temas clásicos del repertorio local: “México lindo y querido” y el “Son de la negra”, coreados a todo pulmón por el respetable.
La calidad y el carisma de los músicos y los cantantes fue otro punto a favor del espectáculo inaugural, que tuvo un sonido de alta calidad. Los pasos de los danzantes se podían apreciar también desde una pantalla puesta a un costado del escenario.
La marinera norteña, de la región La Libertad, llamó la atención con su garbo, y ese flirteo coqueto de hombres y mujeres.
El Centro del país, Junín, se hizo presente con un potpurrí de santiagos, que se bailan cada mes de julio, época del marcado del ganado. Fue aplaudido el clásico “Limoncito, limón verde”. Y el fin de fiesta fue con todo el sabor, color y fuerza del huaylarsh, entonando primero “Yo soy huancaíno” a capela y después zapatenado duro. Con ello, el ENF terminó su presentación con fuegos artificiales. Así quedó inaugurada la edición 43 del Cervantino. 

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de vuelta al barrunto..!

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