DONDE SE PONE EL MOUSE SALTA EL FAENON..

Por carlos Sifuentes.

A estas alturas de la implosión del gobierno aprista –mientras Alan amenaza a Del Castillo, Mulder gruñe a Quesada, Alva Castro echa a Octavio Salazar, Cabanillas convalece y Garrido Lecca ruega que nadie se acuerde de él– no queda duda de que el grado de corrupción de los últimos cuatro años tiene un déjà vu noventero. De los 'petroaudios’ a Cofopri, de los patrulleros a los tanques chinos, de la ley de la selva a la ley de las invasiones, y de Canaán a Allison, el segundo gobierno de Alan García poco a poco va revelándose como la 'Era del Faenón’.

Pero si una desventaja tiene este gobierno con respecto a los anteriores, es que todos sus faenones, desde los más célebres hasta los más guardaditos, están registrados casi hasta el mínimo detalle en Internet. Es cierto que ya otros regímenes han visto documentadas sus corruptelas en la web, especialmente el toledismo (y, siendo justos, comparada con la actual, la corrupción de la era Toledo casi enternece por lo amateur). Sin embargo, García asumió la Presidencia durante el auge de la web 2.0 en el Perú, es decir, en una etapa en la que potencialmente cada ciudadano con acceso a Internet podría denunciar –o al menos dar pistas de– corruptelas.


Y entonces uno no tiene más que buscar en Google para ir haciendo links entre faenón y faenón, para ir reconociendo patrones entre escándalo y escándalo: terrenos, Cofopri, invasiones, Ministerio de Vivienda. Esas son algunas palabras clave. Hagamos un ejercicio de navegación aleatoria. Saltemos de link en link a ver adónde nos lleva todo.


Nuestro punto de partida se llama “Omar Quesada”. En los últimos días IDL-Reporteros, una iniciativa de periodismo de investigación basada en la web, puso al descubierto a Quesada, uno de los “cuarentones” apristas, y jefe de Cofopri, el organismo que formaliza la propiedad informal. Cofopri le vendió a un 'compañero’ 300 mil metros cuadrados de una playa por menos de dos mil dólares. Luego este diario descubrió otro faenón en Paracas y las cabezas han empezado a volar.


En Google la búsqueda “Omar Quesada” está asociada a “Hernán Garrido Lecca”, con quien trabajó en el Ministerio de Vivienda. Garrido Lecca, según varias versiones periodísticas y blogs, fue el objetivo principal del 'chuponeo’ de BTR, quienes lo sospechaban el padrino de varias inversiones mexicanas en el Perú, especialmente del ingreso del Banco Atzeca en el Perú. Las inversiones mexicanas nos llevan directamente a la palabra clave “Rómulo León”, donde una vieja web nos recuerda que Rómulo fue el facilitador del festival cultural/empresarial Viva México, junto con su hija Luciana y su amiga Ingrid Irribarren.


“Rómulo León”, inevitablemente, está asociado a “Alberto Quimper”, más conocido como 'Don Bieto’, convertido gracias a los 'petroaudios’ en una suerte de inconsciente colectivo de la clase dirigencial peruana. Uno de sus audios ha significado el mayor escándalo de la carrera de “Jorge del Castillo”. Las más recientes noticias de Del Castillo en Google News se refieren a los 180 mil dólares que llegaron desde Suiza a su cuenta bancaria porque se le 'chispoteó’ al frustrado comprador de un departamento que ya estaba vendido. Pero hay más.


Si uno sigue buscando “terrenos” y “apristas” la información no deja de aparecer. Meche Cabanillas es comadre del 'compañero’ Germán Cárdenas, señalado no solo como el mayor invasor de Lima, sino también el principal beneficiado de la polémica ley de expropiaciones que diera Alan el año pasado. Otro cercano a Cárdenas es César Zumaeta, cuya esposa, Yary Valencia, fue la feliz compradora de 50 hectáreas de terreno en Asia. ¿A cuánto le salió? ¡A solo seis céntimos el metro cuadrado!


Y aquí completamos el círculo. Volvemos a “Cofopri”. Porque el principal problema de “terrenos” en este gobierno “aprista” fue el generado por las leyes de la selva que causaron el 'Baguazo’. De hecho, una de las primeras cosas que hizo el régimen fue anular el PETT, el organismo que formalizaba las tierras rurales, y trasladar sus funciones al Cofopri, dirigido por Omar Quesada, del Ministerio de Vivienda de Garrido Lecca. El decreto 1089 le dio a Cofopri la potestad de cambiar los linderos de las comunidades campesinas y nativas e incluso de alterar sus planos en los registros públicos. Por supuesto cuando la Amazonía se levantó contra este y otros decretos, la tildaron de “ignorantes”, “salvajes” y otras palabras clave que no incluían “ciudadanos de primera categoría”.Estos son algunos de los términos que tendrá que 'googlear’ una potencial comisión investigadora después de 2011.